Del Caos a la Claridad mental: Tránsitos en Agua y el Renacimiento del Alma

Del Caos a la Claridad mental: Tránsitos en Agua y el Renacimiento del Alma

“Hoy el cielo está cargado de movimientos que nos invitan a mirar hacia adentro.”

Vengo sintiendo, desde hace varios días, una vibración intensa que nos acompaña a todos. Venimos de una Luna llena en Aries, de esas que nos sacuden el alma y nos recuerdan que no podemos seguir escondiendo nuestra verdad. Esta Luna fue un fuego sagrado que encendió la valentía del espíritu, justo después del equinoccio, cuando se abrieron portales de equilibrio y consciencia. 

Y aunque seguimos con el Sol en Libra, el cielo nos sumerge en aguas profundas: Mercurio entrando en Escorpio, Júpiter en Cáncer, Neptuno en su retrogradación, y Plutón que empieza a ponerse directo. Todo esto nos invita a mirar más allá de lo aparente.

“Estamos navegando por un momento donde el agua y el fuego dialogan dentro de nosotros.

Las emociones se agitan, pero también limpian. Lo viejo se deshace en el fuego de la comprensión. Es un tiempo en el que sentimos la vida moviéndose desde adentro, recordándonos que nada externo puede darnos lo que no hemos encendido en el alma.”

Las configuraciones celestiales de esta semana:

El Sol en Libra nos sigue enseñando el arte del equilibrio, de la belleza que se revela cuando entendemos que toda relación es un espejo del alma. Pero Mercurio, entrando en Escorpio nos invita a hablar desde el fondo del corazón, sin máscaras. Es un tránsito de profundidad, de transformación, de pensamiento, de soltar viejas formas mentales que ya no resuenan hoy con esta nueva energía.

A la par, Júpiter en Cáncer forma un hermoso trígono con Saturno y Lilith, abriendo portales de sabiduría emocional. Es un tiempo donde las emociones pueden madurar, donde el alma comprende que la verdadera expansión viene de integrar la sombra, no de huir de ella. Lilith, la energía de lo oculto, se une a Saturno para ayudarnos a poner límites sagrados y a recuperar nuestro poder interior. 

También sentimos la cuadratura de Mercurio y Plutón, que puede traer verdades reveladas, conversaciones que transforman y decisiones profundas. Y una cuadratura entre Urano y Neptuno, que despierta el conflicto entre lo ideal y lo real, entre el sueño y la estructura. Urano, sin embargo, teje un trígono con Plutón, creando una corriente de liberación y renovación: el alma quiere transformarse, pero también quiere ser libre.

Plutón empieza a ponerse directo, marcando el fin de una revisión profunda y el inicio de un nuevo ciclo de poder personal. Neptuno, en cambio, retrógrada para recordarnos que aún hay ilusiones por disolver, sueños por purificar y verdades que solo pueden verse con los ojos del alma.

Saturno, en trígono con Júpiter, sostiene la expansión con estructura: el aprendizaje se integra, las emociones encuentran cauce, el propósito toma forma. Es una danza entre el orden y la fe.

Esta semana nos recuerda que la mente puede ser un templo o una tormenta, según cómo la habitemos. El cielo no nos castiga, nos muestra espejos. Cada cuadratura, cada trígono, cada movimiento planetario, es un recordatorio del alma diciéndonos: “Recuerda quién eres.”

Plutón nos da fuerza, Urano nos libera, Neptuno nos inspira, Saturno nos estructura, Júpiter nos expande y Lilith nos devuelve el poder de ser nosotros mismos, sin miedo y con amor.

El divino mensaje energético es:

Sencillo, nos pide escuchar al alma. Conectar, no desde la mente que corre, sino desde el silencio que sabe. Estamos en un proceso de alquimia: el agua purifica, el fuego transforma

El alma se vacía de lo que ya no vibra en amor y se llena de una nueva claridad. Es momento de reconocer que lo que parece caos, en realidad es un reordenamiento divino. 

Que los vínculos que cambian, los proyectos que se transforman o las emociones que se intensifican son parte de un renacimiento mayor.

El cielo se mueve, y con él se mueven nuestras aguas internas. Hoy la mente se vuelve espejo, y Mercurio en Escorpio nos invita a mirar lo que antes nos dolía ver. 

La verdad no destruye… libera…

Estamos en un tiempo donde la energía mental se vuelve alquímica: cada pensamiento puede sanar o desgastar. 

“Hoy el cielo nos pide responsabilidad con la palabra y compasión con el silencio.”

Entre las aguas de Escorpio y los vientos de Libra, algo dentro de nosotros busca equilibrio. 

La sombra quiere ser mirada, no temida. Cuando Mercurio toca a Plutón, lo reprimido pide voz.

La mente se vuelve un laboratorio de verdad. Este trígono de Júpiter, Saturno y Lilith nos recuerda que el crecimiento no viene de negar la sombra, sino de abrazarla con estructura. 

Estamos aprendiendo a comunicarnos desde el alma, no desde el miedo, porque cada palabra puede abrir un portal o cerrarlo. 

“Hablemos con conciencia. El pensamiento crea forma. Lo que repites, siembra. 

  Lo que bendices, florece.”

Frases para integrar la energía

💫 “Me permito sentir, sin miedo, a mi profundidad.”

💫 “Confío en el fuego que limpia y en el agua que renueva.”

💫 “Dejo que mi alma se exprese libremente, sin juicio, sin control.”

💫 “Soy el puente entre mi sombra y mi luz; soy la alquimia que renace.”

💫 “Desde el silencio interno, escucho la voz de mi sabiduría eterna.”

Ritual de fuego y agua: la alquimia sagrada. 

Necesitarás:

– Una vela blanca o dorada

– Un cuenco con agua pura o agua mineralizada

– Una flor blanca (o la que sientas que te llama)

– Un papel y lápiz

Paso 1. Toma tu vela entre tus manos y con una linda intención pide lo que deseas soltar. 

Enciende la vela y observa su llama. Siente que ese fuego representa tu luz interior. 

Respira profundamente y visualiza que cada inhalación activa tu poder creador.

Paso 2. Toma el cuenco de agua y sostenlo con ambas manos.

Susurra tus emociones al agua: La abuela Agua te escucha…. 

Lo que te duele, lo que deseas liberar, lo que estás dispuesto a sanar y a transformar, pidiéndole te ayude a encontrar la bendición oculta detrás de esta experiencia vivida.

Paso 3. Escribe en el papel aquello que ya no deseas cargar. Luego, pasa el papel lentamente por encima de la llama, sin quemarlo por completo, solo permitiendo que el fuego toque su energía.

Paso 4. Sumerge el papel en el cuenco de agua y deja que se disuelva un instante. 

Observa como el fuego y el agua trabajan juntos: el fuego purifica, el agua renueva.

Paso 5. Agradece al cielo, a la Tierra y a tu alma por el proceso

Deja que la vela se consuma naturalmente.

Este es un tiempo para recordar que el universo no nos pide perfección, sino presencia.

Cada tránsito, cada emoción y cada transformación son recordatorios de que la luz y la sombra son parte del mismo movimiento: la del alma que evoluciona. 

Que este ciclo te encuentre con el corazón abierto, el fuego encendido y el agua serena.

El alma recuerda que todo renacimiento sucede cuando nos atrevemos a sentir y a soltar.

✨Confía, confía en ti…

💫 YO SOY María Elisa Romo Manni

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